Permitidme que os explique una historia: un día me detuve ante el aparador de una floristería que inauguraron en 1940 porque, según decían los que presenciaron el evento, el mundo necesitaba más belleza y amor que nunca. La abrió una señora llegada de Gales una década antes, atraída por una ciudad romántica y canalla, convulsa y pasional. Miss Thomas-Jones, se llamaba. Decían de ella que era afable y preciosa, aún en su madurez, optimista, combativa y circunspecta. Era hija, nieta, bisnieta y tataranieta de una saga de marineros, pintores, escritores, poetas, matemáticos y gramáticos de un curioso pueblo de la Isla de Anglesey llamado Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch, Llanfair PG, en su forma abreviada y que significa algo así como el pueblo de la iglesia de Santa María en el hueco del avellano blanco, cerca de un torbellino rápido, y la iglesia de San Tisilo, cerca de la gruta roja.
Ahora el mundo también más belleza y amor. ¡Menos bancos y más floristerías! Y cafés, que son el parlamento del pueblo. Y hogares para pobres y prostitutas. De la puerta de la floristería cuelga ahora un lapidario aviso que marchita la vista y el pensamiento: “señores ladrones, no entren a robar. No hay dinero y sí muchas facturas por pagar”. No quiero ahorrar palabras de amor, aunque no se comprendan.
Un relato de amor (con música) de Maite García Córdoba, de Valencia. Porque lo que nos dice es más bello que el silencio, y merece la pena decirse.
Y mi corazon siente el más amado beso de tus labios,
anhelando permanecer eternamente ahí…
tan tuya, tan amada, tan esperada, tan deseada…
Donde mi alma se funde cuán dulce manjar en tu sed de amor..
en tu cuerpo, en tus caricias, en tus suspiros, en tu piel,
En cada latido de tu corazón, en cada beso de amor…
La Venganza del Señor Equis
06/02/2012 at 21:28
Reblogged this on La Venganza del Señor Equis.